martes, 21 de junio de 2011

Pisto

Este es uno de mis kits de supervivencia veraniegos, junto con el gazpacho. No sólo porque frío está tan bueno o más que caliente ni porque acompañe a cualquier comida ligerita que nos permite sobrevivir a los cuarenta grados ni porque admita el congelado y te evite meterte en la cocina, sino porque me permite aprovechar la verdura que tiene una cara medio regular después de cuatro días en la playa. Así que con los recuerdos del atún de Zahara en la memoria, me he puesto a aprovechar el calabacín y la berenjena que ya no sirven para la plancha, la cebolla, cebolleta y los pimientos que estaban blandengues en la nevera. Sí, todo medio pocho, pero perfectamente aprovechable. 

Necesitas 
Aceite
Sal
Azúcar
Berenjena
Calabacín
Cebolla
Cebolleta
Pimiento 
Tomate 
O cualquier otra verdura que se tenga en la nevera, pero digamos que estos son casi los imprescindibles. 

Modo de preparación
Se pone aceite a calentar en una sartén honda. No hay que pasarse, si vemos que nos hace falta ya vamos aumentando, pero con cuidado porque la berenjena es como una esponja y se lo chupa todo. 
Pelamos y picamos la verdura finita y la ponemos en la sartén con un poquito de sal (todo salvo el tomate) y la hacemos a fuego lento. Cuando esté blandita, se añade el tomate triturado o picado muy muy finito y se controla la acidez con azúcar. Se deja que se consuma toda el agua. Y ya está. 

En las etiquetas está vegana, aunque yo la he acompañado con un huevo frito, :-)