sábado, 28 de enero de 2012

Bombones de chocolate rellenos de falsa panacotta (En diez pasos)

Me encanta empezar un post diciendo: está tirado, vais a quedar genial y no vais a tener que volver a mataros pensando qué regalo comprar en vuestra vida. Una cajita mona para meter los bombones y a correr. Lo más complicado de la receta es conseguir los moldes de bombones como los que veis más abajo. Son de la marca Silicomart. 


Necesitamos 


Un par de horas
Una tableta de chocolate de cobertura
Una pedacito de mantequilla, como de 15 gramos






Un bote de nata de 250 mililitros
Una cucharada y media de azúcar
El zumo de una naranja
Tres fresas medianas
(Opcional: colorante alimentario de tonos metálicos)


Para adornar, yo he usado estos colorantes alimentarios dorado y de tonos bronce. Ojo, el dorado no es oro puro para cocinar, que también lo venden, es carísimo y absolutamente innecesario para esta receta. (Si los amigos de Isabel Preysler se conforman con albal pijo para envolver sus bombones, probablemente los vuestros tampoco necesiten más).


Colorantes de Spicy Shop (Córdoba)
Primer paso:
Troceamos el chocolate y lo ponemos en un bol al baño María con la mantequilla. Respuesta para novatos: el baño María es un método de calentamiento que consiste en poner una cazuela con un poco de agua al fuego y, sobre ésta, otro recipiente que recibirá el calor del agua caliente en lugar del fogón. El chocolate es sensible, por eso se derrite así.


Segundo paso (y absolutamente opcional):
Mientras el chocolate va tomando temperatura, vamos a pintar los moldes de silicona con el colorante. Ponemos un poquito, menos de media cucharadita en un recipiente. Con un pincel, mojamos un poquito y vamos pintando el fondo de nuestros moldes.


Tercer paso: 
Tenemos que dejar enfriar un poco el chocolate. Lo ideal es que baje hasta 25 grados. Si no tenéis un termómetro, meted el dedo y echad un cálculo teniendo en cuenta que vuestra temperatura corporal es de 36, deberéis notarlo templado - frío, pero sin resultar desagradable. Con el chocolate llenamos los moldes por completo y los movemos para que las burbujas que hayan podido quedar dentro suban a la superficie y no nos estropeen la forma.


Cuarto paso:
Este es uno de naranja partido
Sobre el bol de chocolate, volcamos el molde lleno de chocolate para que quede sólo el chocolate en el fondo y las paredes. Lo dejamos enfriar en la nevera.


Quinto paso: 
Vamos preparando la falsa panacotta. Que resulta que no es falsa, como yo creía, sino que es así de fácil. Ponemos a calentar la nata con el azúcar. Vamos moviendo para que se disuelva. Cuando esté caliente, ponemos en remojo tres hojas de gelatina neutra y, cuando se hidrate, la añadimos a la nata retirada ya del fuego y mezclamos bien hasta que se disuelva.


Sexto paso: 
Ponemos la nata caliente en dos boles separados. En uno añadimos el zumo de naranja y mezclamos bien. En el otro ponemos un par de fresas troceadas y batimos con la minipimer. (Si lo probáis, os vais a dar cuenta de que es un petit suisse de fresa casero :-D).


Séptimo paso:
Cuando tengamos el chocolate frío, nos valemos de una cucharita para ir rellenando los moldes con MUCHO cuidado de no llenarlos hasta el borde, hay que dejar un poquito de espacio. Yo además piqué una fresa para meter unos pedacitos en la panacotta y conseguir un contraste mayor de sabores y texturas.


Séptimo paso y Noveno paso: Un molde 
ya sellado de fondo,
el otro listo para tapar, relleno 
de panacotta y fresa natural
Octavo paso: 
Volvemos a meter los moldes en el frigorífico y lo dejamos enfriar hasta que la panacotta quede firme.


Noveno paso:
Repetimos los pasos 1 y 3 con el chocolate (calentar y atemperar) y terminamos de llenar los moldes. Extendemos bien el chocolate con una espátula y lo volvemos a meter en el frigorífico todo hasta que esté bien frío.


Décimo paso:
Desmoldamos y a comer ;-P___


Y además, si sobra panacotta, que sobrará, la podéis echar en un molde con caramelo y voltear cuando se enfríe. Panacotta de naranja y fresa de postre, ¿que no?


He hecho un pequeño cambio. Queda mucho mejor con el colorante en polvo, sin humedecerlo en licor alguno.