Ingredientes
Dos berenjenas medianitas
Dos calabacines medios
Una cebolla grande
Cuatro tomates hermosos
Dos cucharadas de azúcar
Un pellizco de sal
Un poco de queso rallado
Aceite
¿Y ahora qué?
Precalentamos el horno a doscientos grados. Mientras, pelamos y picamos los tomates. La manera más sencilla es hacerles un corte en forma de cruz en el culo y sumergirlos unos segundos en agua hirviendo. De esta manera, la piel se retira muy fácilmente. Ya picaditos los ponemos en un recipiente apto para horno y les añadimos el azúcar. Por último rociamos con un poco de aceite de oliva. Los metemos en el horno.
Pelamos la cebolla y la cortamos en cuartos. Se unta con un poco de aceite y se mete en el horno.
A continuación, lavamos las berenjenas y las picamos a nuestro gusto. Les echamos sal y las dejamos soltando el amargor en un colador. En ese espacio de tiempo, vamos a lavar y picar los calabacines. Por último, ponemos calabacines y berenjenas con un poco de aceite en una bandeja de horno.
El tomate tarda aproximadamente una hora en hacerse y es conveniente removerlo de vez en cuando. La cebolla tardará la mitad de tiempo y berenjena y calabacín apenas quince minutos.
Cuando todo esté listo, lo dejamos enfriar. Picamos un poco más fina la cebolla y lo mezclamos todo. Lo colocamos en un recipiente apto para horno, le añadimos un poco de queso (si queremos) y gratinamos. Está genial