Mientras espero a que termine mi "sugo", es decir, la salsa que yo le hago a la pasta, aprovecho para dejaros esta receta. La encontré el otro día en lo más leído de "El País" y me lancé a probar a ver qué tal. Ya de camino, por supuesto, aproveché para darle a la máquina de pasta fresca, así que aquí os dejo el enlace a la noticia y, si os animáis, ya me contaréis cómo os ha ido. A mí personalmente, me gusta más la salsa que hace mi madre (me imagino que a Scorsese le pasa lo mismito, lo stesso, vamos). La mía ya os la dejo otro día.
Éste es el enlace y la receta está al final. En la foto de arriba véis la pinta que tiene cuando está totalmente terminada. Yo la he tenido que modificar un poco porque, al contrario de lo que por lo visto le pasa a cualquier ama de casa italiana, no tengo un bosque de albahaca a mi disposición y usé en total tres o cuatro cucharaditas de albahaca seca que siempre es bastante más fuerte que la normal.
Para la pasta fresca necesitáis:
Medio kilo de harina (de repostería, que estira mejor)
Tres huevos grandes y una clara
Una cucharadita de sal
Un chorrito de aceite
Y ahora.... Lo mezcláis todo bien, añadiendo más harina o más aceite si fuera necesario. Dejad la masa bien tapadita, reposando en la nevera media hora. La sacáis por partes, y lo que no estéis utilizando lo reserváis en la nevera envuelto en un trapo. Se amasa bien, espolvoreando harina en la mesa de trabajo y en el rodillo (si no tenéis, usad una botella limpia). Ahora, lo ideal es que tengáis una máquina de hacer pasta, porque dejará la masa muy finita con muy poco trabajo. Valen unos treinta euros, aproximadamente y vienen con un complemento para cortar en tallarines y en espaguetis. Si no tenéis, pues hala, a trabajar esos brazos y a dejar la masa tan fina como podáis. Luego la cortáis a tiras, enharináis los tallarines o los espaguetis y los dejáis en un plato hasta que todo esté terminado. Se hierven en poco más de dos minutos (depende de lo finos que sean) en agua hirviendo con sal y un poco de aceite. Y al final, pues lo de siempre, queso rallado por encima (os habrá sobrado algo de parmesano) y un poco de orégano, si queréis más hierba.
Otras consideraciones: sólo necesitáis paciencia, muuuucha paciencia. En cuanto a la pasta fresca, el secreto es tranquilidad, y enharinarlo todo bien para que no se os pegue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario